Como hemos aprendido a lo largo de esta unidad 3 no sobra información en la Red, lo que nos hace falta es saber cómo llegar con facilidad a la que nosotros necesitamos.
Sí, parece claro que en la selva de los contenidos digitales estamos obligados a convertirnos en nuestros propios guías, expertos en abrir caminos, primero para nosotros mismos y, después, para nuestros alumnos, unos viajeros que muchas veces saben más de la selva que nosotros mismos.
Son tiempos revueltos en educación, los contextos cambian de un día para otro, el desarrollo de las tic ha arrebatado al profesor su papel de transmisor del conocimiento y le ha empujado a convertirse en un experto acompañante del alumno en un viaje personal hacia su propio aprendizaje. Nuestro valor como docentes no se fundamenta únicamente en el dominio de unos contenidos al alcance de todos, las nuevas circunstancias nos exigen convertirnos en expertos en la creación de situaciones que permitirán al estudiante adquirir y desarrollar competencias. Una de estas competencias, y no la menos importante, es la competencia informacional que, antes de nada, ha de ser adquirida y desarrollada, por los profesores.
Para hacernos una idea de lo que supone el dominio de esta competencia podemos echar un vistazo al siguiente artículo en el que se enumeran las 33 competencias digitales del profesor del siglo XXI :
La capacidad para gestionar de manera eficaz la información es, sin duda, uno de los aspectos más relevantes de la competencia digital, tanto para los profesores como para los alumnos. Internet se ha convertido en una biblioteca rebosante de conocimiento pero sin bibliotecario. Es un self-service, un buffet libre del conocimiento, abierto 24 horas y, además, gratuito. Todo un caldo de cultivo para la gula y los desordenes de la alimentación . No es extraño que los parroquianos acabemos a menudo con indigestión, enfermedades del estómago o sobrepeso. Visto, claro está, desde la perspectiva del profesor, porque nuestros alumnos no siempre padecen esas ansias de conocimiento. A ellos, esta sobreabundancia de información les produce más bien: desorientación e indecisión. Lo que nos ocurre a todos en los estantes de los supermercados cuando tenemos que escoger entre ocho marcas diferentes de mermelada de frambuesa. Los docentes tenemos que parecernos a ese amable dependiente que orienta en la búsqueda del bote de mermelada que más le conviene a cada uno de nuestros estudiantes.
Para ayudarnos en esta tarea contamos ahora mismo con herramientas eficaces entre las que yo elegiría dos: Diigo y Netvibes.
Diigo
Diigo nos permite crear grupos para compartir información con nuestros alumnos sobre cualquier tema del currículo. Con Diigo podemos:
- Almacenar la información que nos interesa y acceder a ella desde cualquier ordenador.
- Buscar contenidos a través de marcadores.
- Pedir a nuestros alumnos que hagan anotaciones sobre determinados sitios web.
- Utilizar las anotaciones de los alumnos como instrumento de evaluación.
Para saber más sobre las aplicaciones de Diigo en el aula:
– http://juandomingofarnos.wordpress.com/2011/02/27/maneras-de-trabajar-con-diigo-en- el-aula/
– http://formacion.enlinea.educa.madrid.org/itic11/talleres/diigo.pdf
Netvibes
Netvibes es una herramienta que nos permite organizar la información de los blogs y webs que consultamos a menudo.
Con Netvibes podemos:
- Crear un espacio virtual para organizar y compartir los recursos web que utilizamos en el aula para que los alumnos puedan tener acceso a ellos desde cualquier dispositivo.
- Seleccionar y organizar contenidos sobre un tema para que los alumnos realicen trabajos de investigación.
Para conocer otras formas de aplicar Netvibes en el aula:
http://e-via.org/blog/index.php/35_propuestas_para_el_uso_de_los_canales?blog=2
Y esto es todo.
Fin de la actividad de la unidad 3.